Conectando a nuestros residentes de habla hispana con el cuidado
Con el aumento en los casos de VIH en la comunidad Latine de San Francisco, la necesidad de programas de alcance de salud y de VIH para la comunidad Latine enfocados y con conocimiento cultural es más urgente que nunca. Pero la desconfianza al sistema médico, el miedo a oficiales de immigración, las barreras lingüísticas, entre otros asuntos sistémicos afectan el acceso a pruebas gratuitas de VIH, a la prevención y al cuidado que las comunidades vulnerables pueden recibir.
“Muchas personas Latine que conozco no saben sobre los servicios disponibles”, cuenta Jose Samoya. “Esto es cierto sobre las personas recién-inmigradas, pero también para las personas que llevan aquí un rato. Otros pueden tenerle miedo al doctor porque piensan que ‘tan pronto registren mi nombre en una computadora, se lo notificarán a ICE.’”
El equipo de Programa Latino en SFAF brinda un enfoque innovador para alcanzar a las comunidades hispanohablantes––conectando con las personas donde sea que estén con el servicio compasivo que caracteriza a SFAF.
Al elaborar un equipo de educadores de salud (Promotores de Salud), este equipo provee información y servicios directamente a refugios, SROs y a otros lugares en los que la comunidad pueda necesitar asistencia.
Nuestros Promotores de Salud se acercan a la gente ofreciéndoles todo,” dice Jorge Zepeda, LCSW, MPH, director de Latine Health en SFAF. “Los capacitamos para poder entablar conversaciones sobre VIH y salud sexual, y ofrecemos enlaces a PrEP y al cuidado del VIH. Además proveemos recursos como condones y lubricantes. Pero vamos más allá de eso––proveemos abogados de immigración, por ejemplo. O cómo sacar cita con un dentista. Los Promotores de Salud desarrollan relaciones de confianza, escuchan sus historias y ayudan a que los miembros de la comunidad accedan a los servicios que necesitan.
Samoya es un Promotor de Salud con SFAF. Comenzó a proveer alcance justo antes de la pandemia de COVID, y dijo que disfruta conectar con personas en la calle para aprender sobre sus necesidades y conectarlos con servicios y recursos.
Como hispanohablante con padres de El Salvador, Samoya utiliza su herencia cultural de El Salvador para conectar con otros centroamericanos.
“Hay muchos salvadoreños aquí en la Bahía,” nos dice. “Tan pronto escuchan que mis padres son de El Salvador, ahí comienza una conversación.”
Samoya dice que es muy gratificante conectar a las personas con los servicios que necesitan. Durante los meses fríos, el equipo distribuye equipo de lluvia, gorros, calcetines––suministros básicos que ayudan a que la vida de las personas que viven en la calle sea un poco más cómoda.
“He aprendido tanto,” dice Samoya. “Con sólo estar aquí en la calle, escuchando directamente de la gente sobre las necesidades que existen aquí afuera. En torno a la vivienda, los servicios dentales y el cuidado médico. Y ha sido excelente poder conectar a las personas con PROP––quienes tienen consejeros que hablan español. [PROP es un grupo de gestión de contingencias de uso de sustancias de SFAF]
El grupo de Peer Health Educators dura seis meses, y algunos participantes como Samoya deciden involucrarse por más tiempo. Durante este tiempo, el cual incluye entrenamiento comprensivo, los educadores trabajan en turnos para gestionar el alcance en las calles y refugios. Como parte de un programa recién establecido este año, los miembros del equipo proveen servicios e información en el refugio Gubbio Project y en un nuevo refugio “pequeña cabina” en la Misión.
“Esto se trata de hospitalidad, y también sobre ser un defensor,” dijo Zepeda. “Peer Health Educators quiere jugar un papel activo, y ayudar a las comunidades a las que pertenece.”